Cometí muchos errores; lloré por quien no debía, reí con falsas amistades, callé verdades por no hacer daño, abracé a personas que no se merecían ni el roce de mi piel, callé te quieros que por miedo, se quedaron en el aire... Perdoné demasiado.
Tropecé dos veces con la misma piedra y cuando decía nunca más, me empujaban y caía estampada por tercera vez.
Disfruté de pequeños detalles y aprendí poco a poco en qué consiste vivir... Y el secreto está en ¡no arrepentirse de nada!
Me encantó tu blog :) y sobretodo esta entrada, porque a mi me han pasado exactamente todo lo que dices aquí (Especialmente lo de tropezar con la misma piedra) Es un buen secretito el de no arrepentirse, sólo tenemos que aprender a hacerlo.
ResponderEliminarTe sigo ;)